Ultra que?
Es extraño pensar que incursioné en el mundo de los ultra maratones. Dicen que desde los 50 kilómetros las carreras pasan a ser ultra así que hace una semana me gradué de ultra runner. O eso dicen los números. La realidad es que es tiempo suficiente en la montaña para pensar, meditar, y hasta delirar. Obviamente el paisaje ayuda.

Aquí les comparto algunos de los pensamientos que rondaron mi cabeza durante el Mountain Madness y en el camino a esta.
Se trata de disfrutar el viaje, no solamente del destino.
La verdad es que las lecciones y los pensamientos vienen desde el entrenamiento. En la carrera solo se materializaron. Pude experimentarlos, verlos, sentirlos y a algunos hasta enfrentarlos. Esta historia empezó el 19 de Julio de este año. Día en que me inscribí a las 50 millas del North Face Endurance Challenge de California.
Llevaba al menos un mes dando le vueltas en la cabeza a la idea de un ultra maratón. Me compré un libro de Krissy Moehl llamado Running Your First Ultra y fui a consultar la idea con Nacho (si, el de WBY). Elegí preguntarle a Nacho pues sabía que era la única persona que conozco que no me iba a decir que estaba loca. El, que estaba entrenando para el EPIC 5, me dijo que claro, que me inscribiera y empezara a entrenar. Así que le hice caso, busqué una carrera, me inscribí y ya no había vuelta atrás.
Con 4 meses exactos para prepararme no había tiempo que perder. Nacho me puso en contacto con Marcelo y empezamos a entrenar. Correr 50 millas requiere preparación tanto física como mental así que esto se trata de fortalecer cuerpo, mente y alma. Es mas fácil decirlo que hacerlo. Implica levantarse a las 4 o 4.30 am para poder entrenar dos horas antes de ir a trabajar. También es no salir hasta tarde el sábado porque el domingo es el día de los fondos y hay que madrugar. Toca correr con las piernas pesadas del ejercicio del día anterior aunque el deseo sea quedarse en la cama. La vida se llena de pequeños sacrificios necesarios para conquistar un ultra. Lo que lo hace soportable es lo bien que se siente mejorar un tiempo o superar una distancia.
El poder de la mente
Hay entrenamientos en que todo funciona, uno se siente bien, los tiempos lo demuestran y todo es una maravilla. Pero la vida no solo es de colores. Hay días en que por diversas razones las cosas no funcionan. Uno está cansado o no está motivado y lo único que quiere hacer es renunciar. En esos días hay que respirar profundo y entrenar con mas fuerza. No se puede renunciar pues un ultra no perdona si no se llega en forma. Esto va fortaleciendo la mente y el alma.
Llegué a correr Mountain Madness convencida que tenía mi cabeza dominada. Oh, sorpresa la que me llevé. Cuando me perdí por segunda vez lo único que pensaba era que quería renunciar. No solo de la carrera sino del trail running. Pensaba que si no era capaz de seguir las cintas de colores no debía pensar en ser ultra runner. Me repetía que esto no era lo mío, que me quedara corriendo en la ruta pues eso no duele. Quería llegar al aid station para anunciar mi retiro.
No lo hice, pase el aid station y seguí hacia adelante tratando de no escuchar mucho mis pensamientos. De repente llegué a otro aid station y vi que había adelantado varios runners. Esto me dio fuerza y esta vez empezaron los pensamientos positivos. ¡Vamos, Valentina! ¡Tu puedes, Valentina! Tomaste ‘berracol’ así que tienes que poder. Y poco a poco fui convenciéndome de esto. Físicamente me sentía bien así que mi cuerpo respondió las ordenes de mi mente. Cuando llegué´al último aid station y me enter´que iba en el segundo lugar me animé mas y seguí corriendo.
El mejor resultado es la felicidad.
El saber que el dar esa vuelta significaba que correría 55 kms y no 50 fue usado como incentivo. Había logrado ganarle a mi mente. El entrenamiento estaba sirviendo. No solo el físico sino el mental. El resultado fue llegar a la meta con la sensación de éxtasis total. Sin duda uno de los días más felices de mi vida.
Esta carrera me enseñó que puedo salir victoriosa de las adversidades. Que debo confiar en mi y en mi entrenamiento. Y que no hay que darse por vencido la primera vez que algo se pone difícil. Una de las razones por las que me gusta correr es todas las cosas que aprendo de mi misma. Los invito a que se animen y hagan el intento.